31 d’ag. 2015

Destinos Opuestos - Capítol 2


Cuando la clase terminó, salí fuera y me fumé un cigarro, me quedé pensando en Adam. No me gustaba, eso creía, pero no me lo podía sacar de la cabeza.

Cuando volvimos a entrar en el aula, el siguiente profesor tenía un vídeo preparado. Una hora de vídeo, así que nos sentamos y cerramos las luces. Otra vez.

Empezó el vídeo, después de diez minutos escuchando, mi mente empezó a divagar, empecé a pensar en la soledad, en cómo nunca había tenido una relación estable, pero de repente algo me hizo volver a esa clase dónde nos estaban explicando la historia de la fotografía.

Miré a Adam, tenía la mirada perdida, y su mano estaba sujeta a la mía. Bajo la mesa.

Adam me había cogido de la mano. Seguía sin creérmelo, y realmente no sabía como reaccionar.

¿Qué debía hacer? ¿Actuar como si nada?

No podía llegar a imaginar porque me había cogido la mano. Empecé a pensar que quizás le estaba dando demasiada importancia quién sabe si se había equivocado o le había dado un calambre y por eso me agarró de la mano...

Dejé de pensar en ello y volví a casa. Estaba bastante ida, y realmente me estaba empezando a obsesionar por una tontería, que seguro que no tendría mayor importancia.

Los días pasaron y la escena se repitió. Una y otra vez. Y no solamente con las luces apagadas sinó que debajo de nuestra mesa se respiraba algo más que una simple amistad.

Las miradas furtivas, las carícias a escondidas y la piel erizada por aquello que empezaba a florecer.

Empecé a sentir más por él. Hacía años que nadie me trataba con dulzura y amor. Me sentía protegida a su lado, y cómo me miraba, me deshacía con esos ojos...

Jueves. Decidimos salir todos juntos y fuimos a un buffet libre de pizzas. Sueño de todos los jóvenes con poco dinero para gastar.

Adam me acompaño a casa y subió conmigo, me arreglé y nos fuimos corriendo.

En el coche, empezamos a coquetear, y sacó unas golosinas. Cómo me gustaba Adam. No podía creérmelo. Le iba dando las golosinas en la boca mientras su mirada iba de forma intermitente mirando hacia la carretera y hacia mi.

Al llegar, Adam se sentó a mi lado. Estuvimos hablando y sonriendo mientras comíamos pizza. Estaba bastante rica.

Claire sin querer tiró un refresco encima de George, un chico peculiar con el que tuve una relación cuando éramos unos niños, esas relaciones que se tienen con trece años; Todos nos reímos y continuamos hablando de nuestras cosas, conociéndonos más y haciendo de una simple clase una pequeña familia.

Empezamos a hablar, y salió el tema de las parejas. y ahí algo me derrumbó.

- Adam, y tú ¿Tienes novia?

- Sí.

Me miró y yo me derrumbé. Todos miraban hacia mi dirección debido a que todos habían visto la forma tan descarada con la que me cogía de la mano y lo que sentía por él.

Nunca antes me había dicho nada de su novia, y ahora ¿Qué hacía yo?

Al terminar fuimos a tomar algo. Después de una copa llegó otra y otra...

Al final terminamos todos bastante borrachos, y a Jack se le estaba yendo un poco de las manos, Al llegar a uno de los antros de la ciudad, nos pedimos unos gintonics, y él se lo bebió de un trago. Iba demasiado ebrío como para que nos hiciera caso.

Después de tres antros más llegamos a una plaza alejada del ruido. Debían ser las tres o las cuatro de
la madrugada y todos nos sentamos en los bancos. Empezamos a hablar y entonces a Adam y a mí no se nos ocurrió nada más que tirarnos por el tobogán que había en medio del parque. Sí, íbamos muy ebríos, y sí, cuando me cogió de la mano no pude decir que no.

Después de cuatro o cinco copas de más me olvidé de la novia de Adam, creo que el alcohol influyó muchísimo en ese descuido de olvidar que el chico del que estaba enamorado tenía pareja estable.

Primero se tiró él y se quedó sentado en el final de ese tobogán. Entonces cuando yo me tiré nos quedamos ahí los dos juntos, riéndonos de la situación. Cuando quisimos levantarnos, ahí vimos un problema. ¿Cómo podíamos levantarnos si tan siquiera podíamos andar de forma normal?

Al ver que ninguno de nuestros planes para levantarnos funcionaba decidimos pedir ayuda para podernos levantar.

- ¿Alguien nos puede levantar? - Chillamos al unisono Adam y yo

Se escucharon unas risas y Jack vino a nuestro rescate.

- Va, que os levanto - Dijo él con una voz ebría

Cogió el brazo de Adam y lo levantó, haciendo así que su cuerpo se levantara también. Entonces me levantó a mi y los tres, de manera triunfante volvimos a sentarnos en un lugar seguro, los bancos.

Jack de repente se fué. Creo que necesitaba vomitar, y para que no fuese solo Frank, otro de los chicos con los que estábamos lo acompañó, ya que era el que menos había bebido de todos.

Cuando quisimos darnos cuenta, Jack estaba tirado en el suelo delante de la catedral medio dormido, así que le levantamos y no se nos ocurrió nada mejor que hacernos unas fotos con él. No las íbamos a colgar en ninguna red social ni nada por el estilo, solamente las queríamos para enseñarselas el día siguiente y hacernos unas risas.

Estábamos todos hablando, cuando un vagabundo se nos acercó.

- Dame fuego - Dijo mirando a Jack que tenía la mirada perdida

- No fumo - dijo él

- Déjanos en paz - Le dije yo al hombre que nos miraba de forma agresiva.

Entonces el vagabundo se fué y decidimos volver para casa, así que Frank, Adam y yo, decidimos llevarnos a Jack a su casa.

Frank le dijo a Adam que primero me dejase a mi, ya que vivía cerca del centro, pero Adam se negó y
cuando Frank fué a buscar a Jack me dijo que quería estar un rato más conmigo, al oír eso sentí esas mariposas en el estomago de las que tanto hablan.

Al entrar, se quedó dormido en el coche, y realmente no sabíamos llegar a su pueblo, así que le despertamos.

- Jack ¿Por dónde vamos ahora? - Dijo Adam

-Tirad hacia la derecha - Dijo Jack despertándose - y parad un momento.

Salió corriendo del coche y fue a vomitar. Cada vez que le despertábamos para que nos indicásemos tuvimos que parar para que vomitase un poco más mientras le aguantábamos la cabeza.

Al llegar a su casa, vimos como entraba y nos fuimos hacia la mía, y se nos ocurrió la idea de ir a almorzar porqué ya eran las siete de la madrugada y teníamos hambre.

Después Adam me llevó a casa y cuando me despedí de él me dí cuenta de que en ese momento sobraba Frank, ya que sinó me hubiese besado. Se le notaba en la mirada. El Sol nos volvía a dar los buenos días, me despedí de ellos dos y entré en casa.

Me tumbé en la cama y empecé a llorar. ¿Por qué me hacía esto? ¿Qué le había hecho yo para que quisiera destrozarme de esa forma?

Adam se estaba comportando como un completo imbécil. No entendía como podía estar tratándome a mí así y después ir tan tranquilo con su novia, no podía comprenderlo. Con ese tremendo nudo en la garganta y esas lágrimas derrochadas en mi almohada me quedé dormida.

Al día siguiente parecíamos momias recién salidas de una tumba. Mis ojos hinchados y mi tez blanquecina no ayudaban en nada a que estuviese presentable.

Cuando entramos en clase Adam se comportaba igual que siempre. Y eso me pareció cuanto menos raro. Ahora sabía que él tenía novia, pero sin embargo seguía tonteando conmigo. No lograba entenderlo. Quizás quería dejarla, y necesitaba una excusa más para hacerlo, y ¿Qué mejor excusa que enamorarse de otra chica?

To be continued...

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